Acuñé este término después de observar por muchos años, cómo algunos hábiles subordinados lideraban subrepticiamente a sus jefes logrando guiarlos en la toma de decisiones. Sin duda un comportamiento que en la mayoría de los casos beneficiaba
los objetivos de la organización y, de algún modo, lograba resultados que el liderazgo normal no podía.


By Carlos B Ñanco Muñoz

Investigador y autor de Modelos de Gestión Control de Equipos de Ventas, Consultor Internacional Experto en Recursos humanos de ventas y Aseguramiento del Resultado Comercial; Escritor de varios libros especializados en administración de ventas, actualmente es Director Comercial de diferentes empresas y el CEO de CONSULTOR:CL fundada en 1995, es creador de SADOV una plataforma SAS de Asistencia a la Dirección Operativa de Ventas que es prácticamente la primera dedicada a la gestión de equipos de ventas y no a la administración de las relaciones con el cliente. (www.consultor.cl)

El liderazgo convencional por definición actúa guiando, enseñando y motivando a las personas en los momentos más difíciles que periódicamente se presentan en toda empresa. Por antonomasia un líder está ligado a la gestión, entendida como “hacer que las cosas sucedan” 1 lo que asociaba la labor del líder a problemas como la materia prima para desempeñarse. Sin duda muchas personas que en forma refleja rehúyen de los problemas, nunca disfrutarán de la adrenalina y satisfacción que representa guiar a otros en condiciones difíciles, con recursos escasos, adversidad y obstáculos, que muchas veces proceden de la propia organización.

Agreguemos a esto que en la misión del líder está implícita la responsabilidad de asegurar el resultado, porque debe hacer que las cosas sucedan como se planificó originalmente, o normalizar el funcionamiento como era antes del problema, etc. Y convengamos también, que el líder no necesariamente es el jefe, y por tanto muchas veces carece de poder estatutuario, pero suele influir en los grupos que guía o en los equipos que forma, porque tiene una visión preclara de las situaciones, problemas y soluciones que los demás no pueden ver con la oportunidad y ejecutividad que lo caracteriza. Se desprende de esto que el liderazgo surge en cualquier circunstancia adversa y no necesariamente funciona con las definiciones jerárquicas tradicionales soportadas por las organizaciones. No obstante la visión de la mayoría, sitúa al liderazgo en una posición de poder
asociada a alta dirección en lo formal, y he ahí el ambiente propicio para que en ciertos casos prolifere el liderazgo inverso, que solo el ojo experto logra detectar y comprobar su enorme beneficio en la mayoría de los casos.

El liderazgo inverso se define como la acción de un subordinado sobre su jefe, para guiarle en la solución de problemas, conseguir recursos para funcionar, etc., aprovechando en beneficio de esa acción el poder jerárquico y de decisión que representa ese jefe en la organización. Hace que las cosas sucedan liderando a su jefe para lograr que tome las decisiones correctas para asegurar el resultado que la organización necesita en un momento determinado. Desarrolla habilidades para motivar al jefe, guiarlo e imprimirle la velocidad necesaria que necesita la ejecución de tareas ya sea propias o de otras personas que dependen del jefe para que se muevan en favor del resultado. En la mayoría de los casos en que observé liderazgo inverso altamente efectivo, el jefe estaba muy cómodo de solo tomar las decisiones sin involucrarse emocionalmente con los problemas que finalmente solucionaba con la activa asistencia de su subordinado. Un ojo o experto es fácil que se confunda en
la observación, debido al beneplácito que el liderazgo inverso genera en el jefe que es liderado, pero por sobre todo porque la motivación por resultados es adictiva y nadie se opone a acciones que darán por consecuencia un resultado exitoso y frecuente.

Ejemplo clásico es presentarse ante el jefe con un problema y tres soluciones, dejándolo en la cómoda posición de decidir por la mejor alternativa o construir una cuarta alternativa para asegurar el resultado; a algunos jefes le resulta incómodo la mayoría de las veces, tener un subordinado que solo comunica el problema y le deja todo el peso de informarse y pensar la solución, eso sin duda hace más pesada la tarea del jefe. Es por esa y otras razones, que el liderazgo inverso, no solo trae beneficios a la organización, al jefe y asegura el resultado, sino que prepara para ascender y manejar poderes a quién lo practica. Puede encontrar este artículo y otros artículos en www.consultor.cl

1 Peter Drucker definió la gestión, en forma sencilla como “hacer que las cosas sucedan” como está planificado.