La medicina al principio era hecha exclusivamente por los médicos, basados en sus conocimientos, en la práctica de la medicina y en los avances que ellos mismos hacían gracias a la investigación. No obstante ello, requerían pequeños artilugios como taladros, forceps, estetoscopios, escalpelos, etc.

Con el tiempo, y con el advenimiento de avances en las comunicaciones, la electrónica y la nanotecnología, la medicina actual es resultado de un equipo complejo de personas y de equipamiento tecnológico necesario tanto para el diagnostico como para la terapia de los pacientes.

Actualmente el ejercicio de la medicina depende de la integración de muchos factores y por tanto es siempre un proyecto que exige de continua renovación de equipos, de constante mantención para poder atender a los pacientes sin interrupción, etc. Necesita de ingenieros y técnicos biomédicos, de personal capacitado para usar adecuadamente esos equipos, sin dañarlos y sacándoles el máximo de rendimiento, tanto para el ejercicio de la medicina preventiva como correctiva.

Equivocarse en la compra de equipamiento adecuado, anula totalmente a los médicos que dependen de ello; no darle valor a la capacitación, tanto de los médicos, como de las enfermeras y personal de apoyo, en cualquiera de las áreas complementarias, como esterilización, mantención, etc.,  puede condicionar la calidad de trabajo por todo el ciclo de vida de equipamiento. Obviamente, el ejercicio de la compra, al constituir un proyecto se rige por el principio de ” pagar por ver” donde no es fácil desechar la inversión si se equivoca en la comprensión del proyecto, por falta de visión.

No obstante lo anterior, es necesario un conocimiento cabal de los procesos que sustentan un procedimiento médico de cualquier índole, y tener claro que, en una sociedad adhocrática como la actual, el equipamiento, los procesos y las capacidades del médico, así como de su equipo humano hacen la diferencia a la hora de atender a un paciente; detrás de ello la empresa que asegura la sustentabilidad del proceso, y que actúa no solo como un proveedor de equipamiento, sino como un verdadero partner durante toda la vida útil del mismo, integra finalmente, no solo tecnología al servicio de la medicina, sino todos los procesos, recursos humanos y avances de la medicina en el ejercicio continuo y permanente de la ciencia en beneficio del paciente. A sabiendas de ello, muchos médicos de prestigio y experiencia prefieren renunciar a instituciones de salud que deslucen su trabajo incorporando equipamiento barato de tecnología inferior, o aún siendo excelentes equipos sean sustentados por representantes cuyo único propósito es vender el equipo desligándose de la sustentabilidad del proceso en sí. Esto obliga al proveedor a integrarse a la institución de salud y enfrentar juntos los desafíos y problemática siempre presente en procesos tan de largo plazo.

By Carlos B Ñanco M.
Consultor Experto en Recursos Humanos de Ventas
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